Libre albedrío y destino
En cuanto al destino y el libre albedrío, pensamos que tenemos muchas opciones y que podemos elegir el rumbo de nuestras vidas. La mayoría de la gente piensa que nuestra familia desempeña un papel fundamental en nuestra personalidad y en cómo consideramos a los miembros de nuestra familia. Sin embargo, tal y como revela nuestra carta natal, estos patrones y energías se han establecido previamente. Por ejemplo, si una persona tiene a Neptuno en la casa 10 puede indicar que tendrá una madre con un arquetipo neptuniano, es decir, cuyos límites no están claros y podría vivir por y para los demás. Y todo esto justo después del nacimiento del bebé. Este sencillo ejemplo de la carta natal revela que los arquetipos y el destino están predeterminados. Los diferentes tipos de experiencias, la familia, el tipo de relaciones que tendrá la persona, etc.
Teniendo en cuenta el margen que creemos que hay para ajustar y cambiar los resultados, personalmente considero que depende de la conciencia de la persona y del trabajo personal que ésta haya realizado para digerir y evolucionar a través de su vida personal. Siguiendo los estudios de Un Curso de Milagros, todo está ya establecido, y nuestro único «libre albedrío» (que ni siquiera depende de nosotros mismos) es si abordamos la vida desde la perspectiva del ego (la falsa imagen de nosotros mismos que piensa que somos independientes de la fuente original) o desde el espíritu (que es nuestra verdadera identidad). Todo esto significa que sólo podemos elegir cómo vivir las cosas, aceptando y dejando que las cosas se desarrollen o haciendo esfuerzos y queriendo que esto sea como nos gusta.
Por lo tanto, la astrología y los tránsitos explicarían qué energías y tránsitos nos afectan, y luego, dependiendo de la conciencia y la elección de la persona (el espíritu o el ego), experimentaríamos cómo nos afectarían las energías. Es esencial que entendamos esto, no sólo teóricamente sino también en la práctica, entonces podremos ahorrar mucho dolor, esfuerzo y tiempo, ya que no nos cegaríamos tratando de cambiar las situaciones y moldearlas para que cumplan nuestras expectativas. Puede parecer simple, pero esta es la razón por la que sufrimos, queremos que las cosas sean como nos gustan, no aceptamos la voluntad del espíritu y esta es la vida que tenemos, la eterna lucha que experimentamos tratando de hacer real lo irreal, luchando contra la fuente divina. Considero que la astrología es el camino para deshacer lo irreal, cada tránsito nos mueve como más cerca de la fuente, por ejemplo, podemos conocer a una persona que confronta nuestras creencias limitantes sobre nosotros mismos o podemos sufrir una enfermedad que nos obliga a revertir nuestras creencias y actitud ante la vida.
En mi opinión, la astrología es una herramienta poderosa que nos permite prever las energías que se activarán durante un determinado tránsito. No se trata de esperar que ocurra lo peor, ya que el tránsito nos indicará lo que debemos aprender de él y cómo podemos utilizar esa activación en nuestro propio beneficio.
En mi humilde opinión, los trabajos personales no consisten en mitigar, ajustar o influir en la situación, sino en observar y cuestionar nuestra vida, dar el paso para eliminar los viejos patrones (lo que puede implicar cambios personales profundos como el trabajo, la familia, los amigos, la residencia…) y aceptar la nueva situación. Los astrólogos saben que bajo ciertos tránsitos los cambios son obligatorios e inevitables. Por lo tanto, mi enfoque y sugerencia es utilizar este valioso conocimiento en beneficio de nuestros clientes, tenemos el poder de aconsejar a los clientes y ayudarles a descubrir e ir con ellos a través de los cambios y procesos necesarios, que por las buenas o por las malas están destinados a suceder.